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Él es un Demonio

Introducción a la novela de Él es un Demonio

Él es un Demonio es una novela romántica, los protagonistas son Leng Yejue y Qin Yuan. Lea los últimos capítulos de las novelas de Él es un Demonio en app Miniread.

Lectura de prueba de novela Él es un Demonio

La historia comenzó una noche de otoño. La luna colgaba alta en el cielo y acentuaba la fría estación.

Como ocurrió, comienza en el Grand Hyatt, el hotel más lujoso de la ciudad A. Alguien había reservado el hotel completo aquella noche: Leng Yejue, el temible tirano. Era una persona que tenía cierta influencia incluso a nivel internacional.

En ese momento, estaba sentado en una habitación extravagante y parecía todo un dandi con el traje que vestía. El humo del cigarrillo daba vueltas en la habitación y nublaba la vista que tenía ante él.

—Esa fue una reunión de tragos entretenida, señor Leng, pero se está haciendo tarde ahora —dijo en voz alta un hombre de piel oscura y cejas frondosas.

—Señor Leng, se rumorea que la pequeña señorita de la familia Qin es una picaflor que estuvo con incontables hombres.

—¿Está seguro de que quiere salir con mercadería usada? —intervino otro hombre.

Hubo objeciones para este casamiento, pero como el novio no dijo nada, lo único que podían hacer era dar su opinión. Algunos solo podían opinar después de estar un poco borrachos. No se podría culpar a nadie entonces.

—Qin Changchun me debe mucho dinero. Darme su preciada hija no resuelve nada —respondió Leng Yejue en un tono frío.

—Jefe, ¿usted está diciendo que Qin Changchun está tratando de comprar algo de tiempo? ¿Él realmente cree que su hija vale tanto? —preguntó Ling Yijie, la mano derecha de Leng Yejue.

Leng Yejue respiró profundo y respondió:

—Vigila a Qin Changchun por mí. Haré que desee nunca haber nacido.

—Entonces, ¿hará que la señorita toque el cielo esta noche? ¿O...? —El hombre esbozó una sonrisa sutil. Solo había rumores sobre la hija de la familia Qin. No muchos la habían visto antes.

—Señor Leng, oí que es hermosa y sensual. Además, ha salido con muchos hombres, así que debe de ser una clienta difícil de satisfacer. —Los hombres en el sofá hablaban sobre la novia del banquete de aquella noche, aunque ella aún no había aparecido.

Sin embargo, la hermosa dama junto a Leng Yejue no se veía muy bien. Parecía que la mujer sobre la que estaban hablando le desagradaba.

—¡Suficiente! —gruñó después de haber oído demasiado.

—Oh, la señorita Anna está enojada. —Todos se daban cuenta de que a la señorita Anna le gustaba Leng Yejue. Habían atravesado situaciones peligrosas juntos antes, por eso, era un hecho que tenían un vínculo especial. Pero incluso después de haber tenido sexo con él, no consiguió llegar a ser su esposa. Ese honor lo tuvo una señorita llamada Qin Ziyue. Esa mujer no es digna de Yejue.

—Oh, ¿está loco? —Leng Yejue apagó el cigarrillo y levantó la mirada. Sus ojos no denotaban felicidad, pero una sonrisa se dibujaba en su rostro.

—Señor Leng —lo llamó Anna. Ella conocía su lugar, así que no importaba cuán cerca estuvieran, ella jamás cruzaría la línea indebida.

—¿Por qué no lleva a su mujer aquí afuera y nos deja echar un vistazo, señor Leng? —sugirió alguien, y todos los demás estuvieron de acuerdo.

Leng Yejue bebió con elegancia la copa de vino, pero no accedió.

Por otro lado, una mujer estaba sentada en una suite presidencial. Tenía una apariencia preciosa y se estaba poniendo un vestido de novia hecho a medida y enviado desde París. Aquella noche era su boda, pero nadie asistió. Lo único que hizo fue firmar un papel con su nombre, y así como así, renunció a su libertad.

No importaba cuánto odiara eso: se había convertido en la sustituta de su hermana. Era todo lo que podía compensar a su padre por haberla criado. Ahora estaba casada con Leng Yejue, el hombre conocido como el Demonio.

Estaba temblorosa en un rincón. La jovencita solo tenía veintidós aquel año. Su vida recién había comenzado, pero estaba casada con un hombre seis años mayor que ella. Aún estaba aterrada, aunque estuviera en una habitación resplandeciente en ese momento.

Aunque estaba asustada, no parecía tener otra alternativa. Como no había comido durante todo el día, todo daba vueltas a su alrededor. Solo había algunas copas y una botella de vino en la mesa ratona de la habitación, nada más. Como era una joven que se comportaba tan bien, lo último que consumiría sería alcohol.

......

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