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La Esposa Novata

La novela La Esposa Novata es una historia de romantica, los protagonistas son Lu Zhanting y Mu Xitong. 

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Lectura de prueba de novela La Esposa Novata

Parecía como si el cielo fuera un tramo de una oscura alfombra de color zafiro que había sido limpiada hace poco, y los brillos dorados, esparcidos por toda la alfombra, eran las estrellas. Por el sendero, el entorno estaba envuelto por una oscuridad total. A nadie se le ocurriría andar solo por ahí. De todos modos, en la oscuridad, en un cielo negro como el alquitrán, se oía una voz que cantaba muy desafinado:

—Caminaba a lo largo del sendero del campo, acompañada de mi vieja vaca. Lalalalala... Maldita sea, otra vez me equivoqué. No tengo nada de talento para cantar.

Era una voz tan encantadora que uno se ponía de buen humor al escucharla.

—Uf, maldita Anran. De verdad no quiso acompañarme a mi casa. Nunca más le llevaré postres —murmuró Mu Xitong para sí misma.

Se suponía que Zhuo Anran la iba a acompañar a casa esta noche, pero de pronto recibió una invitación a una cena para reunirse con sus compañeros de escuela, y dejó que Mu Xitong regresara sola a casa. Entonces, ella se fue corriendo por el sendero. No le temía para nada a la oscuridad reinante.

—Lalala, lalala...

Pum.

—¡Ay!

Al parecer, Mu Xitong había pisado algo. Dejó escapar un grito de asombro. De pronto, le agarraron un pie con una mano.

—Ahhh, ¿quién eres? ¡Déjame!

Utilizando sus piernas, luchó para soltar el agarre en el pantalón. Mientras forzaba, la persona que le estaba sujetando el pantalón empezó a hablar sin previo aviso.

—Ayuda... ayúdame.

Era una voz de hombre, grave y penetrante. Era magnética, pero parecía estar escarchada por una capa de hielo del siglo pasado. Alguien no podría llegar y acercarse a un hombre con una voz así.

—¿Q… Quién eres? —le preguntó con una voz temblorosa.

—Ayúdame —repitió el hombre y se desmayó justo después de terminar de hablar.

Se agachó despacio para ver al hombre. Al estar envuelto el sendero por la oscuridad, no podía ver su rostro muy bien.

«¿Qué tengo que hacer? ¿Tengo que ayudarlo? —Se encontraba ante un dilema—. No puedo abandonarlo aquí. No importa, salvar una vida es más importante que cualquier otra cosa.»

Así que tomó una decisión. Reunió todas sus fuerzas para levantar al hombre. El hombre medía metro noventa, mientras que ella solo alcanzaba un metro sesenta y nueve.

«Vaya, ¿no es esto lo que se llama la diferencia de altura más tierna?», se burló de la idea en su mente.

Ya que su casa estaba a unos cuantos metros, no pidió un taxi. Para ella, el principio fundamental en la vida consistía en ahorrar todo lo posible. Cuando por fin llegó a casa, su ropa ya estaba empapada de sudor. No pudo evitar soltar de un golpe al hombre, quien cayó al suelo. Aturdida, mirando al hombre que dejó caer, se disculpó:

—Lo lamento, no fue mi intención hacer eso.

Luego cargó con dificultad al hombre hasta el sillón antes de traer el botiquín. A pesar de que el cuarto no era muy espacioso, la decoración era muy cálida y agradable. El cuarto tenía los muebles esenciales y lo que ella necesitaba. Con el botiquín en sus manos, se dirigió rápido hacia él y por fin pudo ver con claridad el rostro del hombre. El tipo estaba usando una máscara dorada con un dibujo de un dragón incrustado en ella. El diseño estaba tan bien grabado que parecía como si el dragón estuviera vivo. La máscara le daba un encanto misterioso y diabólico. A pesar de que no podía verla por completo, en su imaginación ya tenía todas las partes que le faltaban. Apretó los labios en desprecio y comentó:

—Debe ser un hombre muy feo. Por eso usa una máscara.

Viendo el frágil aspecto del hombre, tuvo una idea. Se palmoteó la frente y se puso de rodillas para revisar las heridas. Aunque se especializó en diseño en la universidad, tenía conocimiento de cómo tratar las heridas leves. Al quitarle la ropa, se sorprendió muchísimo al ver todo lo que había ante ella. El hombre tenía una herida de bala en el estómago. Afortunadamente, la bala no había tocado ninguno de los órganos vitales.

—Por dios, ¿qué clase de persona he rescatado? —exclamó desconcertada.

Agitó la cabeza y tomó una decisión. Dado que el hombre ya estaba allí, tenía que ayudarlo. Al recordar la manera en que los actores solían curar las heridas en las películas, fue curando poco a poco la herida de la misma forma. Al principio, sus manos temblaban mucho, pero consiguió mejorar su técnica después de un rato. Una vez que había limpiado la herida, continuó con el resto de su abdomen usando una gasa con alcohol. A continuación, puso todo a un lado y se estiró mientras bostezaba.

—Debí haber sido médica —se dijo a sí misma y sonrió con orgullo.

Luego corrió a su habitación y regresó con una cobija con la cual cubrió al hombre. Después de haber pensado sobre este hombre, se fue y empezó a hacer su tarea. A pesar de que solo iba en segundo año de universidad, debía esforzarse tanto como pudiera, de lo contrario, se retrasaría mucho con respecto a sus compañeros de clase. Mientras pensaba, sacó su celular y le envió un mensaje a una persona en su lista de amistades, pero no obtuvo ninguna respuesta pasados diez minutos.

—De seguro ya se ha dormido. Voy a ponerme a estudiar ahora —se consoló a sí misma.

—Mmm… —Se oyó un gemido en el sillón mientras estaba ocupada estudiando.

Se puso de pie enseguida para ver cómo se encontraba el hombre y descubrió que su frente estaba cubierta de sudor. Tras pensarlo, se dio cuenta de que el hombre tenía fiebre a causa de la inflamación de la herida. Entonces, se puso a atenderlo otra vez. Sacó una cubeta llena de agua fría del baño y mojó una toalla. Luego la puso sobre su frente. Tuvo que hacer un sinfín de viajes de ida y vuelta. Sentía que sus piernas estaban a punto de partirse por la mitad. Gracias a dios, consiguió bajarle la fiebre. Después se dedicó a sus tareas mientras se apoyaba en la mesa. En algún momento de la noche, se quedó dormida ahí mismo.

......

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