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El yerno dominante

La novela El yerno dominante es una historia de romance, los protagonistas son Lin Jue y Shen Peibai.

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Lectura de prueba de novela El yerno dominante

—¡Lin Jue, ven y llévate este lavado de pies! —La suegra, Wang Yuzhen, dio un golpe al borde del agua, el desprecio de su voz se notaba en el aire.

—Por favor, espera, verteré el agua cuando termine de lavar los platos. —Lin Jue, que se había puesto un delantal, respondió desde la cocina, desempeñando su papel de marido de la casa al ocuparse de las tareas domésticas.

—Por el amor de Dios, ¿Estás sordo? Guarda el lavado de pies ahora mismo. —Parecía que algo había enfadado tanto a Wang Yuzhen que hoy ha llegado a casa con una mirada de absoluto enfado.

El cuerpo de Lin Jue tembló en respuesta de los gritos de su suegra, junto con la ira que crecía en su interior, apretó los puños con tanta fuerza que Incluso antes de que pudiera responder, escuchó a su esposa Shen Peibai llamándole desde la sala de estar.

—Lin Jue, ¿no has oído lo que ha dicho mi madre? ¿Tienes que enfurecerla? —La esposa de Lin Jue le acusó fríamente, con un matiz de inmenso odio y decepción en su voz.

Shen Peibai tenía rasgos muy atractivos, era en general, una mujer demasiado bella, con una altura de 1.68 cm, tez clara y un par de piernas hermosas, delgadas y largas. Después de remojar sus pies, se aplicó un poco de loción hidratante en sus bien talladas piernas, mientras lo hacía, le gritó a su esposo que estaba en la cocina.

—¡Eres una basura! ¡Parece que no puedes hacer nada bien! Hoy he ido a jugar mahjong con la tía Wang. Su yerno es director en una gran empresa, conduce un automóvil caro y tiene una casa lujosa. Bueno, mírate, ¡ni siquiera puedes compararte con él! De hecho, ni siquiera se te puede comparar con un perro, ¡una persona tan inútil! ¡una Basura! Preferiría tener un perro. —Wang Yuzhen apartó de una patada el envase del lavado de pies, haciendo que el agua se derramara por todas partes—. ¡Lin Jue! ¿Planeas fastidiar a mi madre? ¿Qué esperas? ¡Ven a limpiar el suelo ahora mismo! Estar casada contigo ha sido el mayor error de mi vida.

Shen Peibai estaba enfadada con su marido. Desde que se mudó con ella el año pasado, él no ha ido a trabajar, causando una gran vergüenza a su familia, ni siquiera se atrevió a demostrar a sus amigas que el hombre con quien estaba casada había sido una gran decepción. ¡Qué vergüenza!

Mientras se ocupaba de los platos en la cocina, el cuerpo de Lin Jue se estremeció al escuchar los comentarios de su esposa, no pudo aguantar más y sin controlar la ira que le brotaba por dentro, rompió el plato que acababa de lavar, aventándolo al suelo, causando una gran conmoción.

—¡Cállense, ustedes dos! —Les grito desde la cocina.

Era la primera vez que Wang Yuzhen y Shen Peibai presenciaban cómo Lin Jue perdía el control, Las dos se quedaron sorprendidas y no pudieron pronunciar una palabra. Lleno de ira, Lin Jue apretó los puños.

Era en apariencia, el yerno mantenido de los Shen, pero en realidad, era el heredero del imperio comercial de una familia de bajo perfil, pero prestigiosa en Ciudad Y. De hecho, había una razón por la que había aceptado convertirse en el yerno mantenido de los Shen a pesar de su importante estatus.

Todo empezó en sus días de instituto. Lin Jue y Shen Peibai habían sido compañeros de clase entonces. Para poner a prueba su coraje, la familia de Lin Jue lo habían dejado vivir en austeridad económica, durante la mayor parte del tiempo se le dejó a su suerte. Lin Jue tenía que vivir a duras penas durante esos días y a menudo tenía que pasar hambre, ya que siempre había sido objeto de burla, por los pobres recursos que recibía de su familia. En aquella época, Shen Peibai se había compadecido de su situación y compartía su comida con él, debido a una mezcla de gratitud e inocencia, él se había enamorado de Shen Peibai.

Tras graduarse en la universidad, Lin Jue heredó el imperio empresarial de su familia. Hace apenas un año, Lin Jue llegó a Ciudad N para perseguir a Shen Peibai con planes de devolverle su amabilidad, con la promesa de una vida prominente. Entonces se enteró de que el padre de Shen Peibai, estando en su lecho de muerte, tenía un último deseo, que después de su muerte, Shen Peibai heredara la riqueza de la familia para que nunca le faltara nada. Una parte de su plan era casar a su hija en un matrimonio de conveniencia. Aprovechando esta oportunidad, Lin Jue aceptó la oferta y se convirtió en el yerno de los Shen y se fue a vivir a casa de Shen Peibai.

Durante el año de su matrimonio, Lin Jue había estado moviendo en secreto los hilos, en beneficio de los Shen. Le preocupaba que Shen Peibai no pudiera recuperarse de la pérdida de su padre, así que decidió dejar de lado sus negocios familiares para cuidar de ella, había satisfecho todas sus necesidades y se había encargado de que siempre estuviera bien atendida.

Lin Jue había pensado que todos sus esfuerzos en la relación serían apreciados algún día, pero no era el caso, todo lo que había hecho por Shen Peibai y su familia había sido retribuido con implacables burlas y tratos despectivos. De pronto se dio cuenta, que el amor no debía consistir en congraciarse con el otro. Al comprender esto, llegó a su determinación y fue entonces cuando decidió dejar de jugar limpio. Por mucho que él la amara, el amor que sentía por ella era igualado, y no superado, por el dolor que ella le provocaba.

Lin Jue respiró profundo, se deshizo del delantal que tenía en la mano y se dirigió a la sala de estar. Wang Yuzhen acababa de recuperarse del susto provocado por el grito de Lin Jue, cuando se dio cuenta de su presencia en la sala, dominada por la rabia, apuntó con su dedo índice al rostro de Lin Jue y gritó.

—Tú, ¡quién te crees que eres, Hijo de p*ta! ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? Tienes pelotas, ¿verdad? Te sugiero que te porcies de mi hija y te vayas de aquí de una vez y para siempre.

Lin Jue no prestó atención a los desplantes de su suegra y se volteó para mirar a Shen Peibai. Con los ojos nublados, Lin Jue le dijo a su esposa.

—Shen Peibai, pensé que llegarías a apreciar y a corresponder mi amor por ti, después de todo lo que he hecho, no esperaba que lo único que recibiría de ti y de tu madre al final, fuera solo desprecios y burlas incesantes. ¡Argh! Yo, Lin Jue, ¿un gorrón? ¿Quieres que me vaya de esta casa? De acuerdo, si lo que quieres es el porcio, ¡que así sea!

Shen Peibai lo miró con frialdad, con las cejas fruncidas y dijo.

—Lin Jue, piensa antes de hablar. ¿Estás diciendo que quieres el porcio?

—Bueno, ahora que hemos llegado a esto, ¿crees que aún podemos arreglar nuestro matrimonio? —dijo Lin Jue en voz baja, con la tristeza emanando de sus ojos—. De acuerdo, vayamos a la Oficina de Asuntos Civiles mañana por la mañana y hagámoslo ahí mismo.

Shen Peibai asintió, enseguida su madre gritó histérica.

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