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Esposa por accidente

La novela Esposa por accidente es una historia de romantica, los protagonistas son He Nian y Pei Shaoyu.

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Lectura de prueba de novela Esposa por accidente

Mediados de verano, Ciudad T.

—¿Lo sabían? ¡He Nian está embarazada!

La noticia se extendió como un incendio provocado por los chismes de varias mujeres.

—¿Está embarazada? ¿Cuándo ocurrió? Ni siquiera sabía que estaba casada.

—¿Quién sabe? No es como si no supieras lo desordenada que es su vida privada. ¿Recuerdas cuando la vimos en Lore de la Seducción el mes pasado? —Una señora con un maquillaje exquisito se burló mientras su campo de visión se centraba en He Nian, quien acababa de salir del despacho del jefe con un proyecto muy codiciado—. Solo Dios sabe lo que puede estar haciendo para que su trabajo avance con tanta fluidez.

He Nian acababa de llegar a su escritorio cuando un colega se tropezó con ella por accidente.

—Oh cielos, ¿estás bien? Nian, ¿choqué contigo?

He Nian enarcó las cejas, era Zhang Wan.

—No me di cuenta de que estabas ahí. Ah, me enteré de que estás embarazada —se burló— ¿Cuándo te casaste? ¿Por qué no nos lo dijiste? Si no fuera por el informe médico de tu mesa, no lo habríamos sabido. No te hice daño hace un momento, ¿verdad? Sería malo que de repente dijeras que he herido a tu hijo. ¿Necesitas que te lleve al hospital?

Entre los documentos que estaban esparcidos por el suelo, había un informe médico que He Nian recordaba haber guardado en su cajón con claridad. En el informe estaban escritos sus datos:

Nombre: He Nian.

Resultado del diagnóstico: Embarazada de dos meses.

Esas palabras bastaron para que toda la oficina se pusiera a temblar. He Nian frunció los labios y se inclinó para recoger sus papeles. Lo único en lo que podía pensar era en cómo conoció a ese hombre en Lore de la Seducción cuando fue a recoger a su hermana hace dos meses. «¡Maldita sea! ¿Cómo quedé embarazada? ¿Un virgen me dejó embarazada? ¡Seré el hazmerreír si esto sale a la luz! Fue la primera vez, ¿cómo tuve tanta suerte?».

—Nian, ¿quién es tu marido? ¿Cuándo piensas presentárnoslo? —Zhang Wan continuó burlándose—. Llevamos tanto tiempo siendo colegas que nunca te había oído mencionar a tu novio. Ahora nos sorprendes con la noticia de que estás embarazada. Ni siquiera hemos conocido a tu marido. ¿A qué se dedica? ¿Qué edad tiene? ¿Tiene una casa en Ciudad T? ¿Un auto? ¿Cuáles son sus antecedentes familiares? No te ofendas, pero yo no buscaría a alguien que tenga un origen similar al tuyo. Las mujeres deberían tratarse mejor a sí mismas. Si no estuvieras embarazada, incluso casarte con una familia normal ayudaría a tu situación actual. ¿Cómo has podido quedar embarazada antes de casarte?

Las risitas resonaron en toda la oficina. He Nian se sintió mareada durante una fracción de segundo cuando se levantó. Después de estabilizarse, la delicada mujer dejó los documentos del proyecto y el informe médico sobre su escritorio. Con las cejas alzadas y una sonrisa de satisfacción en el rostro, se burló y dijo:

—No sabía que la Señora Wan se preocupara tanto por mí, tanto como para tirar su moral por la ventana y hurgar en los cajones de los demás.

Al oír eso, dirigió una mirada a He Nian. Quien se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja y luego dirigió una cruda mirada sátira a Zhang Wan.

—También acabo de enterarme de los criterios de la Señora Wan a la hora de seleccionar un cónyuge, no es de extrañar...

—¿No es de extrañar qué? —preguntó Zhang Wan sin darse cuenta.

—No es de extrañar que tengas treinta y cinco años y sigas soltera.

Como un millar de cuchillos punzantes a través de su corazón, las palabras de He Nian la golpearon donde le dolía. Zhang Wan la miró fijamente, con las manos deseando estrangularla. Sin embargo, no le prestó atención mientras tomaba asiento y suspiraba.

—¿Crees que quiero vivir así? Toma como ejemplo al padre del bebé, no es alguien de gran estatura ni mucho menos, pero resulta que tiene todas las cualidades que tú deseas. Tiene una propiedad en Ciudad T y un auto. Incluso se presenta en el Hotel Royale de vez en cuando.

He Nian se giró para mirar a Zhang Wan y le dedicó una sonrisa de caramelo. Su delicado rostro destilaba confianza, sin dejar lugar a dudas. Las palabras Hotel Royale respaldaban aún más lo que ella acababa de afirmar.

El Hotel Royale no era un lugar en el que pudiera entrar cualquiera con la cartera cargada. ¿Con quién se encontró He Nian? Antes de que Pei Shaoyu pudiera adentrarse en el territorio de la Familia Pei, escuchó a una mujer causando un alboroto dentro del edificio. «¿Hotel Royale? Soy el dueño del Hotel Royale. ¿A quién se le ocurriría elegir a una mujer así de superficial?». Pei Lihua no entendía lo que estaba pasando cuando salió de su oficina. Estaba buscando a su hijo, que le dijo que había llegado hace un par de minutos. Cuando He Nian vio a Pei Lihua salir de su despacho, la saludó y esbozó una brillante sonrisa.

—Jefe, estoy embarazada. Pronto lo invitaré a mi boda en el Hotel Royale.

Su voz era dulce como el néctar y su rostro igual de seductor. En comparación con la encantadora He Nian, Zhang Wan se puso verde de envidia.

—He Nian, más vale que tu hombre sea quien dices que es, ¡o vas a ser tú la que saldrá humillada!

—Señora Wan, ¿qué se supone que significa eso? ¿Estás diciendo que estoy mintiendo? ¿O estás insinuando que yo, He Nian, no merezco un hombre así? —Estaba de espaldas a la entrada, así que no se dio cuenta cuando entró Pei Shaoyu—. Con quien me case, con quien tenga un hijo, no es asunto suyo. Quizá no lo sepa, Señora Wan, pero en mi tierra tenemos la costumbre de no anunciar nuestro embarazo al público durante los tres primeros meses de gestación. Es solo mala suerte. Pero ya que has revelado mi embarazo a todo el mundo, ¿cómo vas a compensar si me ocurriera algo malo durante el primer trimestre?

Zhang Wan se sintió ofendida por lo que dijo:

—¡He Nian! ¡No te atrevas a echarme la culpa de todo a mí! Tú eres la que tiene un estilo de vida promiscuo. ¡No es mi culpa que te hayas embarazado antes de casarte! Todos sabemos que te fuiste a un hotel con un borracho cuando fuiste a Lore de la Seducción el mes pasado.

Un estruendo resonó en toda la oficina, seguido de un silencio ensordecedor. La expresión de Pei Lihua era sombría. Al oír lo que había afirmado Zhang Wan, Pei Shaoyu se volvió y lanzó una mirada curiosa. «¿El mes pasado? ¿Lore de la Seducción? Yo también estuve allí...», pensó.

......

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