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Un yerno con sorpresas

La novela Un yerno con sorpresas es una historia de romance, los protagonistas son Su Qi y Liu Nian.

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Lectura de prueba de novela Un yerno con sorpresas

En el pabellón de pacientes ambulatorios del Hospital Privado Hua Hai, un grupo de doctores comenzó una acalorada discusión cuando una hermosa doctora pasó cerca de ellos.

―¡Ay, ay! Qué escandalo lo bella que es la doctora Liu. No me importaría cambiar unos años de mi vida por tenerla en mis brazos.

―Sigue soñando, Viejo. No tienes oportunidad, ¡ni en un millón de años! Es excepcional en todos los aspectos, académico o profesional. ¿Qué más? Tiene un rostro encantador y una figura voluptuosa. Imagino que tiene millones de pretendientes en la lista de espera.

―Puuf. ¿No estás exagerando un poco?

―Oigan, ya párenle. Ahí viene Su Qi.

Se volvieron para ver a un hombre que se acercaba lentamente vestido en ropa barata y desvaída.

―Psk. No hay nada qué temer. ¿Quién no sabe que Su Qi es un perdedor? La otra vez, cuando el jefe Xue le dio un ramo de flores a la doctora Liu frente a él, ni siquiera se atrevió a decir una palabra.

―Cierto. Si yo fuera él, preferiría morir antes que ver a otros hombres coquetear con mi esposa. Aunque me sorprende la indiferencia. Me pregunto por qué la doctora Liu aceptó casarse con él en primer lugar. Digo, vamos. Tiene que haber mejores pretendientes.

―Baja la voz. Si Su Qi te oye, te golpeará.

―¡Ja! Si se atreve a pelear conmigo, les invitaré un buen masaje en Imperio hoy.

Su Qi tenía buen oído, así que oyó cada palabra de la plática. Sin embargo, se quedó indiferente, ya que era un suceso normal al que hace mucho se había vuelto insensible. Había estado viviendo con esas duras críticas durante los últimos cinco años.

Levantó la mirada para ver a Liu Nian, que estaba parada lejos, mientras soltaba un suspiro. Eran una pareja casada, pero el matrimonio no había sido feliz. Como se habían casado y vivían en casa de los padres de ella, nunca lo tomó en serio y su actitud hacia él se había deteriorado en el último año. Por esto, parecía que Su Qi no merecía a Liu Nian en ningún aspecto. Entre la condena y el ridículo, Su Qi sabía que este día llegaría y él estaría a la altura.

De hecho, él descendía del linaje más prominente, aunque huraño, del país, que además tenía riqueza y estatus sin igual. Era un cirujano formidable que superaba a todos los doctores en el Hospital Huahai. Sin embargo, debido al mandato de la familia, se había casado así con la familia Liu. Además, durante este periodo, tenía que estar al servicio de ellos sin importar qué. Sólo entonces podría heredar el imperio de la familia.

Por qué la familia había ideado un pacto tan ridículo, haciéndolo sufrir todos estos años sin razón y viviendo peor que un perro, estaba fuera de su entendimiento. Por fortuna, el día de la liberación se acercaba. Al sentir la ilimitada energía en su cuerpo, Su Qi no podía evitar sentirse eufórico ante la idea. Sólo esperen. ¡Me aseguraré de que todos ustedes se arrepientan de cada palabra que han dicho sobre mí!

En especial, estaba ansioso por ver la expresión en el rostro de su esposa cuando descubriera que, después de todo, no era un bueno para nada.

Al mediodía, después de trabajar, Su Qi iba por la comida favorita de Liu Nian en la cafetería y se la llevaba a la oficina. Era el trabajo más importante que hacía en el Hospital Huahai. Sin embargo, al llegar a la oficina, vio a varias enfermeras afuera, escuchando a escondidas. Al verlo, el grupo de dispersó de inmediato y una de ellas lo detuvo y dijo:

―Será mejor que no entre, Su Qin.

―¿Qué pasa?

El comentario de la enfermera lo confundió. Antes de que ella pudiera responder, se oyó la súplica de un hombre en la oficina de Liu Nian:

―Niannian, lo que siento por ti es real. ¿Por qué querrías abaratarte con Su Qi? ¡Es claro que no es ideal para ti! ¿Por qué no te casas conmigo, Niannian? Te prometo que te trataré con amor y cariño.

Las palabras se escuchaban desde cierta distancia y los que estaban afuera de la oficina voltearon para mirar con lástima a Su Qi. Le temblaron los labios al oír la confesión. Ningún hombre cuerdo se haría el sordo si alguien estuviera cortejando a su mujer, ni siquiera Su Qi. Sintió que hervía de rabia mientras apretaba los puños. Empujó a la enfermera a un lado y se preparó para entrar a la oficina para confrontar al hombre. ¡Pero, ay! Se tropezó y en vez de verse valiente, terminó con apariencia patética.

Justo cuando estaba por agarrar la perilla, se abrió la puerta y una figura atractiva apareció. Era Liu Nian. Al ver Su Qi en la puerta, un dejo de culpa se asomó en su rostro, pero desapareció rápidamente y se convirtió en una mirada de rabia.

......

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